11/23/2007




La 46 división de "El Campesino".


En la madrugada del 6 de julio de 1937, y desde Valdemorillo, los hombres de la 46 división del Ejército Popular de la República se lanzaron a tomar sus objetivos. Tras alcanzar el Vértice Llanos, deberían tomar el pueblo de Quijorna en audaz golpe de mano sin preparación previa de artillería ni acción de la aviación. Conservar el efecto sorpresa era primordial. Llanos resistió, pero toda vez totalmente rodeada, las brigadas del campesino fueron a por el pueblo, aunque es de suponer que ya sin ningún tipo de sorpresa. Allí les esperaban un batallón del Regimiento de Infantería Toledo, dos centurias de la 5ª Bandera de Falange de Castilla y una compañía de Tabor Ifni-Sahara. Unos 750 / 1000 soldados para enfrentarse a toda una división.


Valentín González conocía muy bien el pueblo y su orografía circundante, ya que había sido capataz durante las obras de construcción de la carretera Villanueva de la Cañada – Quijorna – Navagalamella y supo rodear al 90% el pueblo, ocupando las mejores posiciones en poco tiempo. A pesar de ello, y del empleo de artillería, los sitiados aguantaron hasta el día 9. Con ello se habían cumplimentado todos los objetivos principales marcados para la división en el plan general de operaciones, flanco derecho. Su misión, a partir de ese momento, era aprestarse a la defensa, ya que la misión de su unidad, en adelante, sería servir de protección por el Oeste a las Divisiones encargadas de la penetración. Para ello ocupó y fortificó las alturas situadas a ambos lados de la carretera que atraviesa el río Perales, pero sin cruzarlo.

Multitud de líneas trincheras excavadas en granito, con cuevas de refugio para escuadras, deberían servir para que por ahí nadie pasase.

El día 18, la IV de Navarra pasó al ataque, dentro del primer plan de contraofensiva nacionalista. Los hombres del Alonso, con una dotación de 4 batallones recién llegados a ese frente, se lanzaron al asalto de las escarpadas colinas tras una preparación de artillería de 45 minutos en la que tomaron parte, nada más y nada menos que 64 piezas. Tras este infierno, la aviación batió la zona con uso intenso de bombas incendiarias. A partir de ese momento los combates fueron muy intensos y continuos. Se tomaron las alturas previas al vértice Llanos y el día 19 cayó el monte Perales, al Sur-oeste de Quijorna. Pero los del Campesino resistieron y contraatacaron.

Finalmente, en la noche del día 20, la IV de Navarra se replegaba ordenadamente a los puntos de partida.

Valentín González, Mayor de milicias, fue rudo y utilizó sistemas disciplinarios deplorables. Tuvo que soportar también el desprecio de otros mandos como Miaja, Modesto y Líster. Sus actuaciones no siempre fueron brillantes y se le llegó a acusar más o menos directamente de cobardía en Teruel y el Ebro. Pero en Brunete, su unidad fue la única que consiguió y retuvo los objetivos marcados, permaneciendo, además en esta situación, hasta abril del 39.


Fotografía: Panorámica del frente (sector Quijorna) tomada desde el monte Perales, noviembre de 2007.